La Peregrinación a La Meca: Los ritos del Hayy 1


El Corán establece que todo musulmán o musulmana debe realizar el viaje a La Meca al menos una vez en su vida, si cuenta con las posibilidades económicas para hacerlo. Cada año, unos tres millones de fieles cumplen con este precepto coránico. En los últimos años, mezquitas y organizaciones islámicas de diferentes países de América Latina (entre ellos Argentina) han coordinado un viaje en conjunto para los fieles latinoamericanos que desearan llevar a cabo esta peregrinación.

La peregrinación “completa” se realiza durante el mes de Du l-hiyya ( ذو الحِجّة), que en el 2012 comprenderá desde el 17 de Octubre hasta el 15 de Noviembre del calendario gregoriano. El peregrinaje se divide en la ’Umrah o “Peregrinación menor” y el Hayy o “Peregrinación mayor”. Los ritos de la ’Umrah comprenden, de modo general, la purificación de los fieles y la realización de siete vueltas alrededor de la Kaaba (en el sentido contrario a las agujas del reloj). Al final de cada vuelta se besa o toca la Piedra Negra, la cual se cree que fue entregada al Profeta Abraham por un ángel. Luego, los fieles recorren la distancia que hay entre las colinas de Al-Safa y Al-Marwah, imitando el recorrido realizado por Agar (esposa de Abraham), cuando buscaba agua para su hijo Ismael.

Los ritos del Hayy propiamente dicho se inician el día 7 del mes de Du l-hiyya, cuando los peregrinos se reúnen en la Kaaba para orar en conjunto. Al día siguiente se efectúan las oraciones al amanecer, al mediodía y al anochecer en el valle de Mina, cercano a La Meca. El día 8 los fieles se trasladan a Arafat, donde el Profeta Muhammad habría dado su último discurso en lo que se denomina “La Peregrinación de Despedida”, su última peregrinación a La Meca desde la ciudad de Medina. Tras la puesta de sol, los peregrinos se trasladan a Muzdalifa, donde reúnen piedras para un rito posterior. Al día siguiente regresan a Mina, donde celebran el Eid al-Adha sacrificando un animal en memoria del sacrificio de Ismael por su padre Abraham. En el camino, los peregrinos apedrean (con las piedras recogidas en Muzdalifa) tres grandes estelas que representan al diablo. Este ritual simboliza la forma en que Abraham apedreó al diablo para alejarlo. Finalmente, al día siguiente, los hombres afeitan su cabeza y las mujeres se cortan el cabello, dando fin al Hayy, aunque muchos continúan el viaje hasta Medina o Jerusalén.

Por: Nayla Capurro


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