Misiones de Taylor en América del Sur


El obispo metodista William Taylor

El obispo metodista William Taylor

Durante las últimas décadas del siglo XIX, muchas iglesias y sociedades misioneras protestantes norteamericanas comenzaron a considerar como una necesidad el envío de misioneros a América del Sur. Hasta ese momento la inestabilidad política del subcontinente, sumada a la falta de protección legal para los protestantes en aquellos países en donde no existía el derecho a la libertad de conciencia y de culto, había desanimado este tipo de iniciativas. Sin embargo, hacia 1870, y coincidiendo con la finalización de la conquista del oeste norteamericano, Estados Unidos comenzó una etapa de búsqueda de expansión de su influencia sobre el hemisferio occidental.

En este clima, el obispo metodista William Taylor organizó en 1878 una serie de iniciativas misioneras con características muy particulares. A diferencia de otras misiones, que se fundaban a partir de algún fondo de donaciones que proveía una ayuda monetaria continua para asegurar la supervivencia de los misioneros y su instalación exitosa en la zona a evangelizar, Taylor partió de la idea de la autosubsistencia. Sus seguidores se lanzaban a misionar de acuerdo con un plan trazado de antemano, pero sin fondos que los respaldaran, dependiendo de la buena voluntad de los futuros conversos: desde la perspectiva de Taylor, era Dios mismo quien iba enviándoles comida, casa, ropa, libros, dinero, en la proporción necesaria para que pudieran continuar con su tarea. La base teológica de estas misiones puede encontrarse en el Movimiento de Santidad, una tendencia fuerte en el metodismo de la segunda mitad del siglo XIX, que enfatizaba la posibilidad de alcanzar la perfección cristiana tal como la predicara John Wesley, a través de una segunda conversión que permitía alcanzar un estado de Gracia instantáneo a través del Espíritu Santo. Taylor fue un líder religioso de importancia, fundador de la primer iglesia metodista en San Francisco y obispo misionero en África, y su red de predicadores, aunque frágil, recorrió buena parte de la costa oeste de Sudamérica, concentrando sus mayores esfuerzos en Chile, en donde llegaron a tener 12 iglesias y capillas, y 4 internados para sus alumnos. La organización bajo el principio de la autosubsistencia fue finalmente abandonada en 1904.

Por: Dra. Paula Seiguer

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